Nos dijimos que éramos como el mar y la playa.
Yo pensé
en la espuma que acaricia la arena
y en la marca ondulada de salitre.
Tú pensaste
en la bajamar y en los peces varados,
en el rastro del náufrago,
en la ola que abandona la orilla
y que , al volver ,
ya es otra.
9 comentarios:
saludos...gracias por venir a mis calles....Hoy Santiago arde...y tu traes la playa...claro no como algunos la querían, pero playa al fin....
Cuantas veces fuí ola sin retorno y cuantas más esperé a que volviera y me envolviera en su espuma...el mar...el mar y sus misterios...
cariños.
ambos piensan y ninguno piensa en el otro.
saludos, exelente pagina
agua y tierra demarcan sus límites.
¿y qué de la arena mojada,
del agua revuelta de la ola?
es cierto , Edith , falta ese verso que sólo dura un instante .
Tus palabras son el maremoto que escupe olas hasta mi remota costa y ...
¿Cómo podría evitar mojarme?
¿Cómo podría evitar querer morir cubierto por alguna de esas, tus olas provocadoras?
Sin duda eran pensamientos en sintonía...
Besos de salitre...
nos dijimos que yo era mar y él, montaña... eso nos dijimos, pero fue hace mucho tiempo atrás, saludos, c.
Dos personas, dos realidades. Porque todo está ahí, pero solo vemos lo que queremos ver.
Un saludo.
dos soledades que en un punto se rozan .
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