Soneto de la Carta
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal, la piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí, rasgué mis venas,
tigre y paloma sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Federico García Lorca
Pálida llama
Hace 1 día
3 comentarios:
Gran soneto...!
Intenso, notable... en fin, los adjetivos están de sobra pata explicar la conmoción de los sentimientos que este poema nos moviliza en el alma y en los sentidos.
Gracias Colombine
lorca... el maestro...
excelente soneto
beijinhos
Qué sorpresa tan maravillosa. Se agadece con el corazón en llamas.
Publicar un comentario