sábado, septiembre 10, 2011

el miedo (2)



Se extiende como un gas,
penetra muros y ventanas
hasta alcanzar incluso
las cámaras acorazadas en los sótanos.

No puedes hacer nada ya que es
extremadamente contagioso.

Da igual que intentes evitarlo
tapándote con fuerza la nariz
o cerrando los ojos.

Lo invade todo (menos su corazón).

Al amanecer se anuncia por las megafonías
para luego crecer y repetirse
hasta parecer que es verdad.

Te arrincona y te aparta,
quiere cegar entendimiento y vista
con su largo catálogo de horrores.

No ceja. No descansa en domingo.
Quiere apagar el sol y proclama la noche
con su sombra infinita de desgracia.

1 comentario:

Marga dijo...

Sí, es bien difícil resistirse a su paso...

Un beso!