Cerró la puerta. Atrás dejó la infancia , la caja de juguetes y el arcón con los libros . Sus padres , muertos ya , y la hermana casada en un país lejano . Dos maletas gastadas y un álbum con tapas de cartón y ribetes dorados. Fue feliz en la casa , pensó. Antes del desierto y las calles tomadas, allí hubo un jardín y canciones francesas , largas sobremesas cargadas de palabras con tazas de café y risas hasta bien entrada la noche. Se hablaba del futuro con autos de charol y viajes a lugares remotos. Soñaban todos juntos y cambiaban de sueño cada noche . Hasta mucho después no se dio cuenta de que desierto y tiempo lo cercaban deprisa y de que muchos vecinos se habían marchado ya . Y al fin se quedó sólo . No supo resistir y pensó que no podría hacer nada . Ahora se va . Para sus ojos no es país.
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