lunes, enero 02, 2012

conversación cazada al vuelo




En la primera mañana
una mujer y un hombre
recorren la  catedral casi vacía.

Melena rubia y canas en la frente ,
anorak celeste y cazadora oscura

El poeta los imagina
como amantes furtivos.

Hace frío y se aprietan las manos
confundiendo  sus cuerpos
en el grupo de turistas curiosos.

Ella dice : "deben ser así las vidrieras de Notre-Dame".
El le susurra  al  oído : "te llevaré a París ".
Ella le contesta incrédula y cansada : "un  día yo iré" .



3 comentarios:

Fortunata dijo...

Si así es, que las mujeres cansadas de esperar que se cumplan las promesas, realizan sus sueños por su cuenta.
Un abrazo

mentecato dijo...

Un buen año 2012. Y un gran abrazo para ti.

Thérèse Bovary dijo...

Precioso!!! Ese diálogo final es asombroso.
Besos