sábado, octubre 10, 2009

escritura

Corrige versos
bajo la luz amarilla de la lámpara.

Cambia las comas de lugar ,
altera el orden repetido de las rimas ,
baraja las palabras.

Nervioso,
se aproxima y aleja
al resultado final .

Ve como pasan las horas
eternas de la noche
y derrama la tinta en el papel

Avanza hacia el desastre ,
y él lo sabe ,
asesino confeso de poemas.

5 comentarios:

Lila dijo...

Así es este trabajo, siempre se está a punto de incriminarse, en nombre de la poesía.

Abrazos inmensos para usted.

Fortunata dijo...

Qué largas son a veces las noches...o qué cortas.

Un abrazo

ángel dijo...

La escrituración del silencio, eso de más que nunca sobra.


Saludos...

mentecato dijo...

¡Bellísimo!

Un abrazo.

monicalvarez dijo...

Indudablemente un escenario conocido para mí.La lucha por buscar la coherencia entre lo que se siente y lo que se escribe y la lucha permanente con la feroz autocrítica.Muchos poemas mueren en el tacho de la basura.

Saludos desde Chile