miércoles, septiembre 02, 2009

Casa de Misericordia




El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericordia.

El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.

Joan Margarit

3 comentarios:

Fortunata dijo...

Así es, la poesia es la ultima casa de la misericordía....
Un abrazo

mentecato dijo...

La poesía, el ático secreto...

ángel dijo...

Durísimo poema de un autor que admiro.

Gracias...