domingo, mayo 31, 2009

el oro de los tigres

simplicidad,
el orden sucesivo de las cosas,
su predecible tránsito.

llegas hasta aquí,
abres la puerta,
haces sonar
el cascabel alegre de las llaves,
giras el pomo y te acercas despacio.

siento el aliento en la nuca
los dedos en el pelo,
alzo los ojos para volver a verte.

ojos felinos que al mirar me nombran,
pisadas silenciosas,
elásticas pisadas
dispuestas para el salto.

cuerpo rayado que se estira y ondula
que se acerca y aleja,
cuerpo soñado sobre su esqueleto fósil

un sueño repetido:
bajo la oscuridad profunda de las rayas,
el oro de los tigres.

4 comentarios:

Thérèse Bovary dijo...

Ohhhhhhhhhhhhhhhh, qué gran poema.
Lo saludo Colombine con la punta de una estrella entre mis dedos

besos

ángel dijo...

Estupendo, con el guiño borgeano del título, pero solamente eso como paraguas a la sensualidad bajo el paraguas. Un gusto venir a leerte.


Saludos...

← Nicolás . dijo...

muy bueno, se le saluda
sigue asi

:D

mentecato dijo...

Bellísimo. Bravo. Bravísimo.

Un abrazo.