Le dijo ven . No vino . Recorrió buscándola los barrios más extremos . Los callejones sucios que se abren al mar . Tabernas portuarias , marineros borrachos , viejas prostitutas apoyadas en todas las esquinas , puertas vencidas , incapaces ya de contener este viento tozudo que se cuela siempre por las rendijas . Sopla poniente , ¿no notas la humedad? , ese olor a sal y a pescado podrido . Muy cerca de los muelles, una tarde de otoño, mil novecientos ochenta y dos, ¿recuerdas? . Huele a maiz y a wisky y a cigarro negro consumiéndose en la taza del té . Subo por tu espalda, hundo mi nariz en el pelo negrísimo . Busco alguna palabra . No supe qué decir como tampoco ahora . Otro tiempo tal vez , otro país .
3 comentarios:
A fuerza de silencios y desencuentros.
Y luego sólo quedan los lugares y los aromas. Y una esperanza, tal vez.
Beso, Colombine.
qué bueno tu Manuel García, ahora lo estoy escuchando, gracias por compartir manueles... un abrazo, c.
hay momentos en los que no hacen falta las palabras...
hacia mucho tiempo que no pasaba por aquí, cada texto tuyo me sorprende...
Un saludo
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