No sabe, nunca sabrá, que la noche es muy larga y la luna redonda . No sabe que una palabra sola puede tardar toda una noche en escribirse y que , mientras eso sucede , un silencio profundo ocupa su lugar en la casa. Ignora el sonido del viento en las ventanas y el crujir de los muebles. Nada sabe de esta soledad sin otros que ahora siento. Abandonada en su sueño, transita tal vez por otra vida más luminosa y simple, mientras respira con el ritmo pausado del animal dormido. Reposan sobre las almohadas sus mejillas rosadas y sus labios abiertos. Ignora que, mientras tanto, el tiempo la acecha en cada instante.
Imagen : Arslan Ahmedov
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