el tiempo ni las cosas.
Dejas correr los días
jugando con la forma de las nubes.
Te ríes con ojos asombrados, muy abiertos,
escondido detrás de cada esquina o ventana.
Te sigue sorprendiendo la belleza del mundo,
el blanco deslumbrante de la espuma rompiendo
contra los acantilados de cortantes aristas.
No entiendes casi nada.
Piensas al fin
que todo consiste en esperar
a que verdad o sombra
te toquen con su ala.
2 comentarios:
Maravilloso.
Abrazos, Colombine.
Maravilloso pero quiero mi abanico extraviado sevillano, vía barco... Por favor... era blanco:
Do you remember my dear Colombine.
La dirección postal de Magritte también califica...
Adeu
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