Ven de nuevo a jugar al escondite.
Las puertas del jardín están cerradas
y las voces se alejan.
Oigo voces extrañas,
palabras de un idioma extranjero
que no están en tu boca.
No te encuentro y te busco
mientras la noche se agranda ante mis ojos
y el invierno está ya asomándose al río.
Ven de nuevo a jugar en la espesura.
La gruta dibujada bajo el muro,
el alto laberinto de los setos,
las acacias dormidas,
las palmeras altísimas perdidas en su cielo.
Ven de nuevo a jugar en el jardín oscuro
entre columnas de mármol derribadas,
estatuas que rodaron por el suelo
y blancos capiteles que serían
alguna vez corintios.
Ven de nuevo a jugar entre las rosas,
las manos y los labios sorprendidos
en un tiempo anterior a todas las desgracias.
1 comentario:
¡Qué hermoso poema! Bellísimas imágenes.
Un abrazo.
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