No sabe qué decir. Se quedó inmóvil detrás de la ventana .Ojos fijos y abiertos que no parpadean mientras contemplan la lluvia en el cristal. Al otro lado un paisaje desdibujado que no llega a reconocer . Objetos que han perdido su nombre como tampoco lo tienen los árboles o la gente que pasa por la calle . No han quedado huellas. Ni un rastro para asirse y tirar . ¿Hubo una infancia ? me ha preguntado al levantarse esta mañana . ¿Hubo una madre ? ¿Tuve una hermana con quien jugar? . Detrás , los estantes abarrotados de libros. Las gafas abandonadas encima de la mesa . Cristales otra vez velados por el polvo . Música . Bach siempre. El cuaderno de tapas azules sigue cerrado sobre el aparador .Letra menuda de tinta negra a pluma . El frío plateado de otro cristal, a su espalda , le devuelve la imagen de una figura encorvada que no sabe quien es.