Respira entre las ruinas y el puntal de las casas,
avanza con trabajo por las calles estrechas,
late despacio en su fondo de cieno
el río que en un tiempo muy próximo
fue de oro y pizarra , vides y árboles
y que, lento, llega ahora a su término.
Habla despacio , el viejo amor.
Mira en silencio, el viejo amor.
Vino rojo encerrado en las cavas oscuras.
4 comentarios:
¡qué hermoso!se agradece esta clase de belleza: esa luz, ese río, ese latido lento.
Me parecen más amables las ciudades con río.
El río será, quizás, el primo segundo del mar pero a veces tiene poco que envidiarle...
Besote!
Que fotos tan bonitas!! se respiran..umm
En las bodegas del amor se fermentan los ríos, ciudades paladeadas por la luz que regresa.
Gracias...
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